Madrid En aquellos tiempos en los que no exista el ave viaje en tren a Madrid y descubrí lo que ya comprobaría más adelante, que la capital con sus jardines y parques mezclado con la contaminación me da mucha alergia y que así, poco paseo hago por la ciudad. Y no es que anteriormente no hubiera ido a Madrid, ya que si me acerqué un par de veces para la feria de ARCO pero no estuve apenas en la calle y no es lo mismo que pasear visitando Madrid. Primero visitamos la Plaza Mayor, que aunque es una gran plaza cuadrada rodeada de edificios no vi nada especial. En este día fuimos a la Puerta del Sol, que es el centro de España, una placa en el suelo lo marca, es típico buscarla. En la Puerta del Sol había tanta gente que casi no conseguí distinguir la escultura del Oso y el Madroño, uno de los símbolos de la ciudad y parte de su escudo. También hay que fijarse en el luminoso del Tío Pepe. Entre las fachadas, destaca la de la Casa de Correos y su tradicional reloj, el que da las campanadas
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