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Mitla - Mexico

Mitla

Tras pasar las cuevas de Yagul llegamos a Mitla. Nada más entrar en el pueblo nos encontramos con una boda, que no son exactamente como las de aquí. Desfilando por la calle del pueblo primero iba tocando una charanga, luego los mariachis, y después la novia y el novio con todo el séquito familiar y amigos detrás suyo. Ni que decir tiene que todo el autobús nos pegamos a un lado de las ventanas para ver pasar a tan curiosa comitiva con música y la novia debió ponerse nerviosa porque al pasar por nuestro lado se tropezó. De aquí nos dirigimos al completo arquitectónico de Mitla, que encuentra en pleno pueblo dado que tras la llegada de los españoles la iglesia del pueblo fue construida con algunas de las piedras de los recintos zapotecas (tanto el pueblo como el conjunto arqueológico es zapoteca). No pudimos ver la iglesia por dentro porque había una celebración de quince años, con la niña vestida con un enorme vestido azul verdoso en el centro del altar así que nos dirigimos hacia la zona arqueológica. El lugar arqueológico se encuentra dividido en varios grupos. Uno de estos grupos es el llamado de la iglesia, el primero que visitamos tras asomarnos al interior de la iglesia de San Pablo – construido sobre el templo de Cozana-, y se compone de un patio cuadrangular rodeado de edificaciones tipo palacios con mosaicos de piedra labrada con variados diseños geométricos. Aquí es donde pudimos ver como la parte superior de los palacios, entre las grecas labradas y las puertas había dibujos tipo códices de los antiguos habitantes de Mitla. Aunque los murales estaban algo perjudicados se podía ver a los guerreros, los sacerdotes y otras figuras pequeñas, todas con tonos rojizos pero muy distinguibles si se miraban con detalle. Tras salir de ahí y cruzando una mercado en forma de cruz (el supramundo y el inframundo) llegamos al recinto de las columnas, que es el más impresionante. Desde fuera se puede disfrutar de la vista de los edificios rectangulares con la zona superior labrada en piedra con formas geométricas, varias diferentes. Según el guía hay catorce modelos distintos. A su alrededor hay un jardín de varias especies de cactus lo que le da un toque de color al tono amarillo de la piedra y la tierra. El grupo de las columnas se compone de dos cuadrángulos, el del norte y el del oriente. El conjunto norte consta de una amplia plaza que da acceso al palacio a través de unas pocas, pero empinadas escaleras. El muro exterior del palacio conserva el color rojo original, por lo que, aunque no está completo, es fácil imaginarse el colorido con el que resaltaba la piedra frente al tono marrón de la zona. El palacio contiene el salón de las Columnas, una amplia cámara con enormes columnas monolíticas que alguna vez sostuvieron techos. A través de un pasadizo ubicado en este salón se puede acceder al palacio principal, la Gran Casa de Pezelao, en el cual encontramos el patio de las grecas, llamado así por sus tableros hechos con mosaicos de piedras labradas que forman dibujos geométricos de gran complejidad. Lo más llamativo de este conjunto arqueológico son los mosaicos o grecas de diversas formas geométricas y perfectamente conservadas y que se encuentran tanto en los muros exteriores como en los muros interiores. Algunas de las salas están cubiertas con techos de madera para cubrir el lugar y de esta forma es más sencillo poder imaginarse cómo eran las habitaciones del palacio, todas decoradas con detalles, aunque las puertas son un poco bajas. Saliendo del palacio nos podemos dirigir hace la otra zona donde se encuentras otros edificios de plaza rectangular, en los encontramos un par de agujeros en el suelo que son los accesos a las tumbas, donde eran enterrados los reyes zapotecas y los sacerdotes. Otro de los puntos más característicos de esta visita es poder visitar las tumbas zapotecas. Con el calor que hace en la zona y los avisos del guía me temía que bajar a las tumbas fuera como entrar a las tumbas de las pirámides de Giza en Egipto, donde entre la estrechez y el calor parece que te ahogas, pero realmente en estas al final solo pasas calor. El pasadizo de acceso a la tumba es bastante pequeño, hay que bajar unas pocas escaleras para acabar entrando por una pequeña puerta que da acceso a un túnel con escaleras y puertas, pero muy estrechas, casi todo el camino tuve que ir de rodillas hasta llegar a la tumba. Ya en la tumba me pude poner de pie y admirar las paredes decoradas con mosaicos de grecas y tableros. La tumba tiene forma de cruz, representando el supramundo e inframundo y, domo decía, tiene una labrada decoración. Tras un vistazo hay que volver a salir por el pequeño pasaje y escaleras. Una visita corta pero muy recomendable. Como el estilo de lo que habíamos visto hasta ahora era diferente, también me gustó mucho esta ciudad, que se llama la ciudad de los muertos (ese es el significado de Mitla) y que permite descubrir las tumbas de una de la civilizaciones de México.

Visita: Noviembre 2015

Mis imágenes: Dentro del Álbum Mexico

Información para viajar: Pendiente

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