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Santiago de Compostela - España

Santiago de Compostela

Y por fin llegamos a Santiago. El día amenazaba con ser frio y lluvioso, realmente lluvia vimos poca y eso que todo el mundo dice que Santiago hay que verlo con lluvia, pero apenas nos chispeo, lo que sí hacía era un viento bastante frio, todo un contraste con el resto del viaje que fue más bien caluroso. Y aunque luego, cuando ya quedaba poco para irnos salió el sol no hacía todavía calor. Entrando por la calle donde está la Universidad (la facultad de letras) llegamos a la plaza del Obradoiro que estaba llena de peregrinos fácilmente identificables por sus conchas de Santiago y llena también las tiendas de campaña de los •indignados”. En la plaza pudimos ver por un lado la fachada del palacio de Fonseca, por otro el hostal real y sus detalladas figuras, la feria y el mirador de la ciudad al fondo, la figura de Santiago matamoros y, por supuesto, la catedral de Santiago, bastante más oscura de lo que esperaba dado que el año pasado fue año jacobeo y esperaba que la catedral se limpiara, que ya sé que la piedra se oscurece con rapidez pero… En todo caso por dentro el pórtico de la gloria estaba casi completamente cubierto por andamios y telas pues está en restauración, aun así uno puede afinar y ver algunas figuras. Hay muchísima gente y es muy fácil perderse todos los detalles de la catedral por lo que hay que ir con calma, ver el policromado que todavía conservan algunas columnas, el santo y las personas que pasan para abrazarlo (hay una larga fila para ello) el botafumeiro pequeñito, el sepulcro de Santiago, etc. Nosotros tuvimos suerte, al salir por otra puerta hacia la plaza de armas estaba un batallón de militares reunidos, iban a tener misa por haber hecho el camino de Santiago de Portugal por lo que después de la misa podríamos ver el botafumeiro en movimiento dado que ya solo se usa en casos especiales, pagando un módico precio de ¿eran 300 euros lo que nos dijeron?.El caso es que lo vimos en acción y es impresionante, es bastante más grande que el otro que estaba colgado cuando entramos a la catedral y se movía rápidamente de un lado al otro hasta el techo. Y pese a que no teníamos mucho tiempo en la ciudad también conseguimos callejear y tomar un par de tapas.

Visita: Mayo 2011

Mis imagenes: Pendientes

Comentarios

  1. Anónimo10:41 p. m.

    Las tapas en Santiago estuvieron buenísimas. Y son muy típicas las orellas, cocidas y acompañadas por sal, aceite y pimentón.

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